THE ICELAND CROSSING
THROUGH THE WALL OF WIND
I duck my head, clinging tightly to the handlebars of my fatbike. The wind is so strong that every step is a battle. It's fierce and merciless. it feels like we are penetrating a wall. Shortly before, a sudden gust had violently dismounted Anne Maria from her bike. There is no place to take cover. We feel very unprotected. This is madness
Text: Fernando del Valle Bravo and Anne María Lund - Photos: Fernando del Valle Bravo
Leaving civilization behind
Day 1. Early departure from Reykjavík. In Vik i Myrdal, on the last bus that should have taken us to the vicinity of the small village of Kirkjubæjarklaustur, the driver cannot find room for the heavily loaded bicycles. We have to pedal the 40 km asphalted Ring Road 1 to the beginning of the track.
The day is fabulous and the road is easy. After about 4 hours we reach the proper start of the route. We enter the comfortable R-209 track and shortly after we take the more demanding F-232 which penetrates into the bowels of the mind-blowing Landmanalaugar.
In the evening, with the sun still high on the horizon, we we set up CAMP 1 in a beautiful meadow by the fierce Leira River.
In front of us rise the huge, white, and immaculate Eyjafjallajökull and Katla volcanoes between lava fields and idyllic slopes covered with moss and deep green grass. Beauty and magic combine with menacing, dark forces that seem to come from hell itself.
A great peace envelops us, but we can´t help a feeling of unease and dread creeps over us.
Iceland does not give anything for free and we know that we will be sorely tested in the days ahead.
The adventure has begun.
A great peace envelops us, although a feeling of uneasiness and fear takes hold of us. We know very well that Iceland doesn't give anything for free ...
Entering a primordial world
Dia 2. We wake up to what looks like it is going to be a beautiful day. The glaciers are glowing brightly and the green of the meadows is even more intense than the previous afternoon. The river roars nearby.
The track, stony and demanding, winds gently upwards through a huge lava field, a remnant of the huge explosion of the Laki volcano in 1783. Its eruption opened a long rift with 130 craters and spewed out huge quantities of sulphurous gases for 8 months. More than 20% of the Icelandic population perished, devastating almost all farms and livestock. A thick sulphur-containing haze, spread to Western Europe and caused thousands of deaths. In North America, the winter of 1784 was the longest and coldest winter ever known.
With these things in mind we pedalled slowly into this desolate landscape which, over the course of time, has become an attractive scene of strange beauty almost impossible to describe.
The track snakes relentlessly between the lava fields. Sometimes it climbs gently, sometimes brutally. Often we are forced to put our feet on the ground, and panting and sweating, push the heavy bikes forward.
Little by little we enter this kingdom of "Mordor" surrounded by mountains of strange shapes and incredible colours, dreamlike waterfalls and icy rivers that make us shiver with cold when we cross them... The temperature is mild, the sun occasionally peeps through the clouds, although we feel cold when it disappears behind them.
Gradually advancing through these inhospitable landscapes, we can't help but feel a certain uneasiness. Will we be able to complete our objective and cross the island from coast to coast? Only time will give us an answer...
In the late afternoon, quite tired, we set up CAMP 2 next to a meandering river in a beautiful meadow covered with soft green moss.
Above us the track snakes through rugged mountains that promise tough climbs. But that's for tomorrow and tomorrow is a long way off ...
Beauty and magic combine with menacing, dark forces that seem to come from hell itself ...
Relentless rain. Iceland reveals its worst face.
Dia 3. Negros nubarrones cubren el cielo en la mañana del día 3. Un viento racheado zarandea la tela de la tienda. Nuestro más temido enemigo amenaza: Lluvia. Con lluvia no hay Goretex ni tejido moderno que valga, después de unas horas bajo ella todo acaba mojado, frio, deprimente y desagradable ...
Las primeras rampas son muy empinadas, empujamos las bicicletas apuntalando bien los pies en el pedregoso terreno para no resbalar hacia abajo. Mas tarde el cielo descarga una lluvia fría y persistente que no cesa en todo el día. Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado... La progresión es lenta, empinadas rampas se suceden unas tras otras. En una ocasión nos equivocamos de pista tomando otra que nos lleva a un inhabitado refugio donde nos podemos proteger por un rato corto de la lluvia persistente. Desafortunadamente hemos de rehacer 3 kilómetros muy empinados para volver a la ruta correcta.
Algo después un impetuoso río, muy crecido por la lluvia, nos obliga a cruzarlo dos veces con extremo cuidado. El agua nos llega casi hasta la parte alta de los muslos acabando todavía más mojados... El frio es intenso y la moral decae.
Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado...
Mientras que tratamos de secarnos un poco, aparece un todo terreno que, con grandes dificultades, consigue atravesar la furiosa corriente. Sus ocupantes nos aseguran que a 20 kilómetros podremos encontrar un refugio donde pernoctar. Esto nos da nuevos ánimos, pero 20 kilómetros en Islandia no se hacen rápidamente. Apretamos los dientes y continuamos kilómetro tras kilómetro.
Al cabo de unas horas eternas bajo la lluvia, el frio y la niebla, alcanzamos la más sencilla pista F-208. En ese momento los cielos se descerrajan dejando caer tal tromba de agua que cuando por fin llegamos al refugio, esta chorrea de cada molécula de nuestros cuerpos.
Pero eso ya no importa, esta noche dormiremos a cubierto en secos y mullidos colchones y podremos secar la ropa. La vida sonríe de nuevo...
Landmanalaugar, el país de cuento de Hadas
El día ha sido largo y duro, y al caer la tarde llegamos por fin al refugio de Landmanaulagar. Estamos contentos y satisfechos, poco a poco vamos avanzando en la ruta a pesar de las dificultades...
El paisaje que poco a poco se abre frente a nosotros, nos deja sin habla por su extraña belleza, nada de lo que hemos visto antes se le puede comparar ...
El muro de viento
Dia 5. Este día nos saluda con enjambres de pequeñas moscas que intentan penetrar en nuestras bocas, ojos, oídos o en donde sea... ¡es sumamente irritante! Pero nada podemos hacer, así que nos armamos de paciencia y procuramos ignorarlas.
El día transcurre sin muchas incidencias, el paisaje es
impresionante, el tiempo es bueno, suave temperatura y la pista bastante
decente con algunas rampas, pero en general todo el recorrido es en suave
descenso.
Al atardecer el viento se convierte casi de repente en un auténtico huracán. Es increíble, es casi imposible avanzar un paso... Es como un muro invisible... Al principio estamos protegidos por los campos de lava, pero más adelante, cuando salimos de ellos, nos azota con brutal fuerza. Intentamos pedalear algunos metros, pero Anna María es desmontada violentamente por una brutal ráfaga que da con sus huesos en el suelo ...
Estamos agotados. ¿Qué pasa si este viento continúa durante días? ¿Podremos seguir avanzando en la ruta? ...
Después de no sé cuántas horas de batalla contra este violententísimo viento estamos exhaustos. ¿Qué pasa si continúa durante varios días?
El desierto volcánico
Hoy entramos en la parte más emocionante
e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4
días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull
y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll al pie de las fascinantes
montañas del mismo nombre. 120 kilómetros de desierto
volcánico. Las dudas aparecen constantemente
en nuestros pensamientos... ¿Habrá pista? ¿Sera esta fácil de seguir? ¿Cuántos ríos hemos de cruzar,
serán factibles? Todas estas cuestiones y otras
más nos cruzan la cabeza, mientras que escalamos por una pedregosa pista, los 300
metros de desnivel que nos sitúan en la entrada de este enorme plato...
Apenas hemos recorrido 15 kilómetros hoy, pero debido al cansancio acumulado, decidimos darnos unas merecidas horas extra de descanso. Lo merecemos.
Hoy entramos en la parte más emocionante e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4 días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll.
El alto plateau
Día 7. El séptimo día amanece fantástico y aunque un viento frio y constante nos azota, no se ve ni una sola nube en el cielo. Es día es tan claro y azul que podemos ver prácticamente todo lo que nos rodea de horizonte a horizonte... La pista al principio es pedregosa y empinada y serpentea ganando altura paulatinamente. Es en estos magníficos días cuando todo este arduo viaje adquiere su sentido plenamente. Pero esto es difícil de explicar con palabras, es algo que hay que vivir...
El día pasa al principio sin apenas
incidencias, aunque es largo y duro... A media tarde, cuando ya estamos machacados y
aturdidos por el constante viento, hemos de cruzar un ancho rio que
parece amenazador. Tiene como 150 metros de ancho y el viento lo azota constantemente levantando pequeñas olas aquí y allí... Afortunadamente no es muy profundo, solo alguna que otra vez al agua nos
llega a medio muslo, pero es gélido, resbaladizo y muy
pedregoso. Hemos de prestar constantemente atención
para no tropezar en las resbaladizas piedras. Lo cruzamos 3 veces, cada vez con una bicicleta entre los
dos, aguantando el viento y salpicados por las pequeñas olas que
este levanta.
Cruzamos el río helado en tres ocasiones, una sin bicicletas para comprobar la corriente y dos veces más con una bicicleta entre nosotros, sordos por el viento y mojados por el chapoteo de las pequeñas olas.
El horizonte helado
Dia 8. Otro nuevo día totalmente despejado. Hemos dormido muy bien pero podemos sentir el cansancio acumulado tras 7 días de continuo esfuerzo. Los brillantes glaciares resplandecen bajo el sol. A lo lejos podemos ver el mayor glaciar de Islandia y de Europa, el enorme Vatnajökull. Su visión nos trae recuerdos de otras aventuras en este increíble lugar. Hoy la ruta dará un brusco giro a la izquierda a través de una enorme área de cenizas volcánicas. La progresión es buena salvo en las zonas de roca donde enormes pedruscos nos hacen sudar la camiseta. El terreno asciende paulatinamente con empinadas rampas que nos obligan de vez en cuando a echar pie en tierra y empujar las pesadas bicicletas. El enorme glaciar de Høgjokull resplandece intensamente frente a nosotros. Uno se siente realmente insignificante en medio de este vasto lugar rodeado de ancestrales gigantes. Podemos sentir la palpitación de la tierra, las enormes fuerzas geológicas que se esconden amenazantes bajo las cenizas y el hielo...
En el horizonte han aparecido bellísimas cimas cubiertas de resplandecientes neveros. Es el fascinante macizo del Kerlingarfjoll. Como siempre, es un día largo y duro... y por fin, al caer la tarde, con frío y viento, alcanzamos el refugio de Setrid. Está cerrado, pero afortunadamente podemos alojarnos en su vestíbulo. Estamos, como cada día, muy cansados. Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien? ¿Sera transitable? Podremos pasarlo sin contratiempos?
Durante la fría y clara noche, calientes en nuestros sacos de dormir, escuchamos el aullar del viento azotando los muros de la cabaña ...
Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien?
Las montañas de Kerlingarfjoll
Tras el collado entramos en una enorme meseta donde podemos disfrutar de un emocionante descenso a buena velocidad. Somos felices y estamos en la mismísima gloria... Parece que después de situaciones donde tenemos que apretar los dientes, siempre recibimos, de una u otra manera, algo tipo compensación por el esfuerzo realizado. El paisaje al otro lado es increíble. Mucho más verdoso en esta vertiente. Totalmente primigenio y lleno de magia. Pensamos que no nos resultaría extraño ver aparecer un dinosaurio de repente... Más tarde, en un pedregoso descenso con fuerte inclinación, Anne Maria sufre una aparatosa caída. Está dolorida y un poco asustada, pero sin mayores consecuencias.
Después de este día agotador y tras cruzar incontables ríos y arroyos, alcanzamos, casi tambaleándonos, el refugio de Kerlingarfjoll. Decidimos tomarnos un día de descanso. Hemos trabajado incansablemente durante 9 días. Nos lo merecemos. La cuestión ahora es: ¿bajamos directamente hacia Gullfoss y desde ahí, volver a Reikjavik o continuamos 160 km por una ruta mucho más ardua y poco conocida hasta la costa oeste de Islandia? En realidad, todo está en manos de los dioses de la meteorología, y en nuestra capacidad de aguantar lo que nos aguarda...
Hveravellir Hut
Dia 11. Después de un día de merecido descanso abandonamos el refugio temprano en la mañana del día once. Finalmente, y siguiendo como siempre, nuestra tradición masoquista, nos hemos decidido por la opción más larga e incierta la ruta hacia la costa oeste a través de terreno salvaje y desconocido rodeando por el norte el glaciar Langjokull. El tiempo es desapacible y ventoso con lluvia en el ambiente. Tras unas pocas horas alcanzamos la Kjölurveg, una de las más famosas rutas en bicicleta de Islandia. El viento es muy fuerte y frio, como es habitual en aquí. Mas tarde sale el sol seguido de lluvia Es un conocido fenómeno que en esta tierra se pueden experimentar, casi a la vez, y en el transcurso de un corto intervalo de tiempo... las 4 estaciones del año... Con frio y algo aturdidos por el constante viento, apretamos los dientes y seguimos avanzando. Por la tarde, tras muchos kilómetros, alcanzamos el idílico refugio de Hveravellir donde compartimos una pequeña cabaña con otras 2 personas. El viento sopla muy fuerte y hace mucho frio.
A través de la niebla
Dia 12. Pasamos una noche muy agradable en la
cabaña. Hemos entablado una buena amistad con
una valiente chica checoslovaca que lleva más de un mes de travesía en
solitario por la isla. No es cosa pequeña. Es realmente
admirable. Hay que tener redaños para ello. También conocemos a simpático piloto
de avión que recorre las tierras altas en su
Quad todoterreno.
Cuando dejamos la cabaña, hace mucho frio, el viento sigue siendo muy fuerte y negros nubarrones oscurecen el horizonte. Amenaza lluvia y las perspectivas de buen tiempo son poco halagüeñas. Seguimos la Kjölurveg durante 12 km más o menos y después, girando a la izquierda, nos metemos otra vez en zona salvaje. Avanzamos por una pista relativamente buena al principio, pero que se hace muy pedregosa y más exigente después. Apenas tenemos referencias de esta ruta y sentimos una cierta inquietud por lo que nos podamos encontrar.
Algunas rampas brutales nos hacen realmente sudar la camiseta, pero esto es el menú habitual en estas tierras, así que estoicos y sufridos, no hay otra alternativa, seguimos adelante. Empieza a llover y la niebla nos envuelve. No vemos nada. Avanzamos como autómatas durante muchos kilómetros. Estamos en lo que parece ser un alto plateau, pero no vemos nada, solo niebla y lluvia. Al cabo de unas horas esta ha penetrado casi por completo las 2 capas de Goretex de nuestras chaquetas. La perspectiva de dormir mojados nos deprime. Pero no hay nada que podamos hacer salvo aguantar y seguir tirando. El camino es difícil de encontrar algunas veces, y es solo gracias al track del gps que podemos avanzar a través de la niebla y la lluvia.
Al final del día encontramos un sitio algo protegido donde montamos el campamento. Todo está mojado, húmedo y frio, pero tras ponernos las chaquetas de plumas y meternos una buena sopa caliente, recuperamos algo de calor y la noche no es tan mala...
Seguimos una pista apenas marcada, pasable al principio, pero luego muy rocosa y difícil. Solo tenemos vagas referencias a esta ruta.
Hacia el mar
Dia 13. El día ha amanecido con lluvia, pero afortunadamente esta cesa al cabo de un rato. Nerviosos rezamos a todo lo "rezable" para que siga así. Ponerse la ropa mojada es una prueba realmente desagradable y ansiamos empezar a pedalear para entrar en calor... Pedaleamos con frío y poca visibilidad. Y desgraciadamente la lluvia hace de nuevo, acto de presencia. La pista es realmente horrible, enormes pedruscos nos hacen sudar tinta, pero poco a poco vamos avanzando. Cabezotas somos un montón. Entre la niebla podemos sentir la potente presencia del enorme glaciar de Langjökull cuyo extremo norte estamos rodeando, antes de comenzar el ansiado descenso hacia la costa oeste. En las paradas nos refugiamos en nuestra bolsa de viento la cual nos da un poco de calorcillo y protección.
Horas más tarde, cuando por fin empezamos a perder altura poco a poco, la temperatura se suaviza ligeramente. La niebla se abre de vez en cuando, dejándonos adivinar prados de musgo volcánico y de vez en cuando algún lago... Tras tanto tiempo en este mundo mineral inerte estos pequeños destellos de vida nos alegran el alma
Montamos el campamento totalmente derrengados pero alegres de saber que a partir de mañana ya todo será mayormente en descenso y el frio intenso quedara atrás...
Entre la niebla podemos sentir la presencia del gran glaciar de Langjökull cuya vertiente norte estamos rodeando...
Vuelta a la vida
Dia 14. Temprano, como cada día, desmontamos
el campamento. El tiempo sigue gris y nublado, pero por el momento no llueve
mientras pedaleamos por la pista que poco a
poco nos acerca a la costa. Por fin el tan ansiado descenso. Bajamos rápidos, nos sentimos como
volando. Nuestros cuerpos lo agradecen enormemente después de tantos días de
interminables esfuerzos. La temperatura se dulcifica cada vez más y el paisaje
nos devuelve poco a poco el color y el olor de la vida. Atrás queda el mundo
mineral y gélido, tremendamente inhóspito y en blanco y negro, de los
misteriosos "Highlands".
Unas horas más tarde podemos vislumbrar por fin a lo lejos, el mar. Lo hemos conseguido. Nos embarga una profunda emoción y calmada alegría, es algo profundo y difícil de explicar pero que es la esencia de todo lo que nos hace emprender estos viajes.
Pasamos una noche maravillosa entre
caballos, ovejas y encantadoras personas en una "Guesthouse" a 30 km de Blönduos donde finalizaremos mañana nuestro increíble
viaje.
EPILOGO
El viaje es historia ya. Hemos recorrido cientos de kilómetros, atravesando desiertos, montañas, valles, ríos e innumerables obstáculos. Ha sido realmente duro, quizás la ruta más difícil de las 3 que hemos realizado en este indescriptible país. Ya no somos jóvenes, lo éramos ya hace mucho, pero nuestros viajes, en vez de ser más fáciles, son cada vez más exigentes ¿Será que gran parte de lo que necesitamos para poder enfrentar retos exigentes reside en el corazón y en el alma, no necesariamente sólo en lo físico? ¿Quién sabe?
Desde luego nosotros no hemos pensado ni por un momento en dejar de afrontar estas aventuras, el mundo es demasiado fascinante y misterioso como para renunciar a ellas...
GPS TRACK:
https://ridewithgps.com/routes/32999455
PORQUE FATBIKES?
En nuestra opinión, las fatbikes son la mejor alternativa a nuestro tipo de viajes "expedición".
Desde el día en que comprobamos por primera vez cómo se comportan, no hay forma de volver a otro tipo de bicicletas.
Superan casi todo tipo de obstáculos, arena, ceniza, arcilla, rocas, grava, nieve y hielo, ríos m.m. ...
Técnicamente más simples, sin suspensión y solo 1:11 marchas, lo que reducen el riesgo de que algo se rompa.
Alcanzan velocidades suficientemente altas independientemente del terreno
Muy buenas escaladoras y muy estables.
Cómodas de montar.
Tienen un aspecto muy "chulo"
El sonido de los neumáticos cuando ruedan es muy agradable y "cuando ruedan, ruedan de verdad".
Son auténticos caballos de batalla, lo que nos conviene perfectamente para este tipo de viajes que realizamos.
VIDEO:
Estamos trabajando activamente en la producción de un video sobre el viaje. Estará terminado en poco tiempo.
THROUGH THE WALL OF WIND
I duck my head, clinging tightly to the handlebars of my fatbike. The wind is so strong that every step is a battle. It's fierce and merciless. it feels like we are penetrating a wall. Shortly before, a sudden gust had violently dismounted Anne Maria from her bike. There is no place to take cover. We feel very unprotected. This is madness
Text: Fernando del Valle Bravo and Anne María Lund - Photos: Fernando del Valle Bravo
Leaving civilization behind
Day 1. Early departure from Reykjavík. In Vik i Myrdal, on the last bus that should have taken us to the vicinity of the small village of Kirkjubæjarklaustur, the driver cannot find room for the heavily loaded bicycles. We have to pedal the 40 km asphalted Ring Road 1 to the beginning of the track.
The day is fabulous and the road is easy. After about 4 hours we reach the proper start of the route. We enter the comfortable R-209 track and shortly after we take the more demanding F-232 which penetrates into the bowels of the mind-blowing Landmanalaugar.
In the evening, with the sun still high on the horizon, we we set up CAMP 1 in a beautiful meadow by the fierce Leira River.
In front of us rise the huge, white, and immaculate Eyjafjallajökull and Katla volcanoes between lava fields and idyllic slopes covered with moss and deep green grass. Beauty and magic combine with menacing, dark forces that seem to come from hell itself.
A great peace envelops us, but we can´t help a feeling of unease and dread creeps over us.
Iceland does not give anything for free and we know that we will be sorely tested in the days ahead.
The adventure has begun.
A great peace envelops us, although a feeling of uneasiness and fear takes hold of us. We know very well that Iceland doesn't give anything for free ...
Entering a primordial world
Dia 2. We wake up to what looks like it is going to be a beautiful day. The glaciers are glowing brightly and the green of the meadows is even more intense than the previous afternoon. The river roars nearby.
The track, stony and demanding, winds gently upwards through a huge lava field, a remnant of the huge explosion of the Laki volcano in 1783. Its eruption opened a long rift with 130 craters and spewed out huge quantities of sulphurous gases for 8 months. More than 20% of the Icelandic population perished, devastating almost all farms and livestock. A thick sulphur-containing haze, spread to Western Europe and caused thousands of deaths. In North America, the winter of 1784 was the longest and coldest winter ever known.
With these things in mind we pedalled slowly into this desolate landscape which, over the course of time, has become an attractive scene of strange beauty almost impossible to describe.
The track snakes relentlessly between the lava fields. Sometimes it climbs gently, sometimes brutally. Often we are forced to put our feet on the ground, and panting and sweating, push the heavy bikes forward.
Little by little we enter this kingdom of "Mordor" surrounded by mountains of strange shapes and incredible colours, dreamlike waterfalls and icy rivers that make us shiver with cold when we cross them... The temperature is mild, the sun occasionally peeps through the clouds, although we feel cold when it disappears behind them.
Gradually advancing through these inhospitable landscapes, we can't help but feel a certain uneasiness. Will we be able to complete our objective and cross the island from coast to coast? Only time will give us an answer...
In the late afternoon, quite tired, we set up CAMP 2 next to a meandering river in a beautiful meadow covered with soft green moss.
Above us the track snakes through rugged mountains that promise tough climbs. But that's for tomorrow and tomorrow is a long way off ...
Beauty and magic combine with menacing, dark forces that seem to come from hell itself ...
Relentless rain. Iceland reveals its worst face.
Dia 3. Negros nubarrones cubren el cielo en la mañana del día 3. Un viento racheado zarandea la tela de la tienda. Nuestro más temido enemigo amenaza: Lluvia. Con lluvia no hay Goretex ni tejido moderno que valga, después de unas horas bajo ella todo acaba mojado, frio, deprimente y desagradable ...
Las primeras rampas son muy empinadas, empujamos las bicicletas apuntalando bien los pies en el pedregoso terreno para no resbalar hacia abajo. Mas tarde el cielo descarga una lluvia fría y persistente que no cesa en todo el día. Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado... La progresión es lenta, empinadas rampas se suceden unas tras otras. En una ocasión nos equivocamos de pista tomando otra que nos lleva a un inhabitado refugio donde nos podemos proteger por un rato corto de la lluvia persistente. Desafortunadamente hemos de rehacer 3 kilómetros muy empinados para volver a la ruta correcta.
Algo después un impetuoso río, muy crecido por la lluvia, nos obliga a cruzarlo dos veces con extremo cuidado. El agua nos llega casi hasta la parte alta de los muslos acabando todavía más mojados... El frio es intenso y la moral decae.
Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado...
Mientras que tratamos de secarnos un poco, aparece un todo terreno que, con grandes dificultades, consigue atravesar la furiosa corriente. Sus ocupantes nos aseguran que a 20 kilómetros podremos encontrar un refugio donde pernoctar. Esto nos da nuevos ánimos, pero 20 kilómetros en Islandia no se hacen rápidamente. Apretamos los dientes y continuamos kilómetro tras kilómetro.
Al cabo de unas horas eternas bajo la lluvia, el frio y la niebla, alcanzamos la más sencilla pista F-208. En ese momento los cielos se descerrajan dejando caer tal tromba de agua que cuando por fin llegamos al refugio, esta chorrea de cada molécula de nuestros cuerpos.
Pero eso ya no importa, esta noche dormiremos a cubierto en secos y mullidos colchones y podremos secar la ropa. La vida sonríe de nuevo...
Landmanalaugar, el país de cuento de Hadas
El día ha sido largo y duro, y al caer la tarde llegamos por fin al refugio de Landmanaulagar. Estamos contentos y satisfechos, poco a poco vamos avanzando en la ruta a pesar de las dificultades...
El paisaje que poco a poco se abre frente a nosotros, nos deja sin habla por su extraña belleza, nada de lo que hemos visto antes se le puede comparar ...
El muro de viento
Dia 5. Este día nos saluda con enjambres de pequeñas moscas que intentan penetrar en nuestras bocas, ojos, oídos o en donde sea... ¡es sumamente irritante! Pero nada podemos hacer, así que nos armamos de paciencia y procuramos ignorarlas.
El día transcurre sin muchas incidencias, el paisaje es
impresionante, el tiempo es bueno, suave temperatura y la pista bastante
decente con algunas rampas, pero en general todo el recorrido es en suave
descenso.
Al atardecer el viento se convierte casi de repente en un auténtico huracán. Es increíble, es casi imposible avanzar un paso... Es como un muro invisible... Al principio estamos protegidos por los campos de lava, pero más adelante, cuando salimos de ellos, nos azota con brutal fuerza. Intentamos pedalear algunos metros, pero Anna María es desmontada violentamente por una brutal ráfaga que da con sus huesos en el suelo ...
Estamos agotados. ¿Qué pasa si este viento continúa durante días? ¿Podremos seguir avanzando en la ruta? ...
Después de no sé cuántas horas de batalla contra este violententísimo viento estamos exhaustos. ¿Qué pasa si continúa durante varios días?
El desierto volcánico
Hoy entramos en la parte más emocionante
e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4
días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull
y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll al pie de las fascinantes
montañas del mismo nombre. 120 kilómetros de desierto
volcánico. Las dudas aparecen constantemente
en nuestros pensamientos... ¿Habrá pista? ¿Sera esta fácil de seguir? ¿Cuántos ríos hemos de cruzar,
serán factibles? Todas estas cuestiones y otras
más nos cruzan la cabeza, mientras que escalamos por una pedregosa pista, los 300
metros de desnivel que nos sitúan en la entrada de este enorme plato...
Apenas hemos recorrido 15 kilómetros hoy, pero debido al cansancio acumulado, decidimos darnos unas merecidas horas extra de descanso. Lo merecemos.
Hoy entramos en la parte más emocionante e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4 días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll.
El alto plateau
Día 7. El séptimo día amanece fantástico y aunque un viento frio y constante nos azota, no se ve ni una sola nube en el cielo. Es día es tan claro y azul que podemos ver prácticamente todo lo que nos rodea de horizonte a horizonte... La pista al principio es pedregosa y empinada y serpentea ganando altura paulatinamente. Es en estos magníficos días cuando todo este arduo viaje adquiere su sentido plenamente. Pero esto es difícil de explicar con palabras, es algo que hay que vivir...
El día pasa al principio sin apenas
incidencias, aunque es largo y duro... A media tarde, cuando ya estamos machacados y
aturdidos por el constante viento, hemos de cruzar un ancho rio que
parece amenazador. Tiene como 150 metros de ancho y el viento lo azota constantemente levantando pequeñas olas aquí y allí... Afortunadamente no es muy profundo, solo alguna que otra vez al agua nos
llega a medio muslo, pero es gélido, resbaladizo y muy
pedregoso. Hemos de prestar constantemente atención
para no tropezar en las resbaladizas piedras. Lo cruzamos 3 veces, cada vez con una bicicleta entre los
dos, aguantando el viento y salpicados por las pequeñas olas que
este levanta.
Cruzamos el río helado en tres ocasiones, una sin bicicletas para comprobar la corriente y dos veces más con una bicicleta entre nosotros, sordos por el viento y mojados por el chapoteo de las pequeñas olas.
El horizonte helado
Dia 8. Otro nuevo día totalmente despejado. Hemos dormido muy bien pero podemos sentir el cansancio acumulado tras 7 días de continuo esfuerzo. Los brillantes glaciares resplandecen bajo el sol. A lo lejos podemos ver el mayor glaciar de Islandia y de Europa, el enorme Vatnajökull. Su visión nos trae recuerdos de otras aventuras en este increíble lugar. Hoy la ruta dará un brusco giro a la izquierda a través de una enorme área de cenizas volcánicas. La progresión es buena salvo en las zonas de roca donde enormes pedruscos nos hacen sudar la camiseta. El terreno asciende paulatinamente con empinadas rampas que nos obligan de vez en cuando a echar pie en tierra y empujar las pesadas bicicletas. El enorme glaciar de Høgjokull resplandece intensamente frente a nosotros. Uno se siente realmente insignificante en medio de este vasto lugar rodeado de ancestrales gigantes. Podemos sentir la palpitación de la tierra, las enormes fuerzas geológicas que se esconden amenazantes bajo las cenizas y el hielo...
En el horizonte han aparecido bellísimas cimas cubiertas de resplandecientes neveros. Es el fascinante macizo del Kerlingarfjoll. Como siempre, es un día largo y duro... y por fin, al caer la tarde, con frío y viento, alcanzamos el refugio de Setrid. Está cerrado, pero afortunadamente podemos alojarnos en su vestíbulo. Estamos, como cada día, muy cansados. Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien? ¿Sera transitable? Podremos pasarlo sin contratiempos?
Durante la fría y clara noche, calientes en nuestros sacos de dormir, escuchamos el aullar del viento azotando los muros de la cabaña ...
Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien?
Las montañas de Kerlingarfjoll
Tras el collado entramos en una enorme meseta donde podemos disfrutar de un emocionante descenso a buena velocidad. Somos felices y estamos en la mismísima gloria... Parece que después de situaciones donde tenemos que apretar los dientes, siempre recibimos, de una u otra manera, algo tipo compensación por el esfuerzo realizado. El paisaje al otro lado es increíble. Mucho más verdoso en esta vertiente. Totalmente primigenio y lleno de magia. Pensamos que no nos resultaría extraño ver aparecer un dinosaurio de repente... Más tarde, en un pedregoso descenso con fuerte inclinación, Anne Maria sufre una aparatosa caída. Está dolorida y un poco asustada, pero sin mayores consecuencias.
Después de este día agotador y tras cruzar incontables ríos y arroyos, alcanzamos, casi tambaleándonos, el refugio de Kerlingarfjoll. Decidimos tomarnos un día de descanso. Hemos trabajado incansablemente durante 9 días. Nos lo merecemos. La cuestión ahora es: ¿bajamos directamente hacia Gullfoss y desde ahí, volver a Reikjavik o continuamos 160 km por una ruta mucho más ardua y poco conocida hasta la costa oeste de Islandia? En realidad, todo está en manos de los dioses de la meteorología, y en nuestra capacidad de aguantar lo que nos aguarda...
Hveravellir Hut
Dia 11. Después de un día de merecido descanso abandonamos el refugio temprano en la mañana del día once. Finalmente, y siguiendo como siempre, nuestra tradición masoquista, nos hemos decidido por la opción más larga e incierta la ruta hacia la costa oeste a través de terreno salvaje y desconocido rodeando por el norte el glaciar Langjokull. El tiempo es desapacible y ventoso con lluvia en el ambiente. Tras unas pocas horas alcanzamos la Kjölurveg, una de las más famosas rutas en bicicleta de Islandia. El viento es muy fuerte y frio, como es habitual en aquí. Mas tarde sale el sol seguido de lluvia Es un conocido fenómeno que en esta tierra se pueden experimentar, casi a la vez, y en el transcurso de un corto intervalo de tiempo... las 4 estaciones del año... Con frio y algo aturdidos por el constante viento, apretamos los dientes y seguimos avanzando. Por la tarde, tras muchos kilómetros, alcanzamos el idílico refugio de Hveravellir donde compartimos una pequeña cabaña con otras 2 personas. El viento sopla muy fuerte y hace mucho frio.
A través de la niebla
Dia 12. Pasamos una noche muy agradable en la
cabaña. Hemos entablado una buena amistad con
una valiente chica checoslovaca que lleva más de un mes de travesía en
solitario por la isla. No es cosa pequeña. Es realmente
admirable. Hay que tener redaños para ello. También conocemos a simpático piloto
de avión que recorre las tierras altas en su
Quad todoterreno.
Cuando dejamos la cabaña, hace mucho frio, el viento sigue siendo muy fuerte y negros nubarrones oscurecen el horizonte. Amenaza lluvia y las perspectivas de buen tiempo son poco halagüeñas. Seguimos la Kjölurveg durante 12 km más o menos y después, girando a la izquierda, nos metemos otra vez en zona salvaje. Avanzamos por una pista relativamente buena al principio, pero que se hace muy pedregosa y más exigente después. Apenas tenemos referencias de esta ruta y sentimos una cierta inquietud por lo que nos podamos encontrar.
Algunas rampas brutales nos hacen realmente sudar la camiseta, pero esto es el menú habitual en estas tierras, así que estoicos y sufridos, no hay otra alternativa, seguimos adelante. Empieza a llover y la niebla nos envuelve. No vemos nada. Avanzamos como autómatas durante muchos kilómetros. Estamos en lo que parece ser un alto plateau, pero no vemos nada, solo niebla y lluvia. Al cabo de unas horas esta ha penetrado casi por completo las 2 capas de Goretex de nuestras chaquetas. La perspectiva de dormir mojados nos deprime. Pero no hay nada que podamos hacer salvo aguantar y seguir tirando. El camino es difícil de encontrar algunas veces, y es solo gracias al track del gps que podemos avanzar a través de la niebla y la lluvia.
Al final del día encontramos un sitio algo protegido donde montamos el campamento. Todo está mojado, húmedo y frio, pero tras ponernos las chaquetas de plumas y meternos una buena sopa caliente, recuperamos algo de calor y la noche no es tan mala...
Seguimos una pista apenas marcada, pasable al principio, pero luego muy rocosa y difícil. Solo tenemos vagas referencias a esta ruta.
Hacia el mar
Dia 13. El día ha amanecido con lluvia, pero afortunadamente esta cesa al cabo de un rato. Nerviosos rezamos a todo lo "rezable" para que siga así. Ponerse la ropa mojada es una prueba realmente desagradable y ansiamos empezar a pedalear para entrar en calor... Pedaleamos con frío y poca visibilidad. Y desgraciadamente la lluvia hace de nuevo, acto de presencia. La pista es realmente horrible, enormes pedruscos nos hacen sudar tinta, pero poco a poco vamos avanzando. Cabezotas somos un montón. Entre la niebla podemos sentir la potente presencia del enorme glaciar de Langjökull cuyo extremo norte estamos rodeando, antes de comenzar el ansiado descenso hacia la costa oeste. En las paradas nos refugiamos en nuestra bolsa de viento la cual nos da un poco de calorcillo y protección.
Horas más tarde, cuando por fin empezamos a perder altura poco a poco, la temperatura se suaviza ligeramente. La niebla se abre de vez en cuando, dejándonos adivinar prados de musgo volcánico y de vez en cuando algún lago... Tras tanto tiempo en este mundo mineral inerte estos pequeños destellos de vida nos alegran el alma
Montamos el campamento totalmente derrengados pero alegres de saber que a partir de mañana ya todo será mayormente en descenso y el frio intenso quedara atrás...
Entre la niebla podemos sentir la presencia del gran glaciar de Langjökull cuya vertiente norte estamos rodeando...
Vuelta a la vida
Dia 14. Temprano, como cada día, desmontamos
el campamento. El tiempo sigue gris y nublado, pero por el momento no llueve
mientras pedaleamos por la pista que poco a
poco nos acerca a la costa. Por fin el tan ansiado descenso. Bajamos rápidos, nos sentimos como
volando. Nuestros cuerpos lo agradecen enormemente después de tantos días de
interminables esfuerzos. La temperatura se dulcifica cada vez más y el paisaje
nos devuelve poco a poco el color y el olor de la vida. Atrás queda el mundo
mineral y gélido, tremendamente inhóspito y en blanco y negro, de los
misteriosos "Highlands".
Unas horas más tarde podemos vislumbrar por fin a lo lejos, el mar. Lo hemos conseguido. Nos embarga una profunda emoción y calmada alegría, es algo profundo y difícil de explicar pero que es la esencia de todo lo que nos hace emprender estos viajes.
Pasamos una noche maravillosa entre
caballos, ovejas y encantadoras personas en una "Guesthouse" a 30 km de Blönduos donde finalizaremos mañana nuestro increíble
viaje.
EPILOGO
El viaje es historia ya. Hemos recorrido cientos de kilómetros, atravesando desiertos, montañas, valles, ríos e innumerables obstáculos. Ha sido realmente duro, quizás la ruta más difícil de las 3 que hemos realizado en este indescriptible país. Ya no somos jóvenes, lo éramos ya hace mucho, pero nuestros viajes, en vez de ser más fáciles, son cada vez más exigentes ¿Será que gran parte de lo que necesitamos para poder enfrentar retos exigentes reside en el corazón y en el alma, no necesariamente sólo en lo físico? ¿Quién sabe?
Desde luego nosotros no hemos pensado ni por un momento en dejar de afrontar estas aventuras, el mundo es demasiado fascinante y misterioso como para renunciar a ellas...
GPS TRACK:
https://ridewithgps.com/routes/32999455
PORQUE FATBIKES?
En nuestra opinión, las fatbikes son la mejor alternativa a nuestro tipo de viajes "expedición".
Desde el día en que comprobamos por primera vez cómo se comportan, no hay forma de volver a otro tipo de bicicletas.
Superan casi todo tipo de obstáculos, arena, ceniza, arcilla, rocas, grava, nieve y hielo, ríos m.m. ...
Técnicamente más simples, sin suspensión y solo 1:11 marchas, lo que reducen el riesgo de que algo se rompa.
Alcanzan velocidades suficientemente altas independientemente del terreno
Muy buenas escaladoras y muy estables.
Cómodas de montar.
Tienen un aspecto muy "chulo"
El sonido de los neumáticos cuando ruedan es muy agradable y "cuando ruedan, ruedan de verdad".
Son auténticos caballos de batalla, lo que nos conviene perfectamente para este tipo de viajes que realizamos.
VIDEO:
Estamos trabajando activamente en la producción de un video sobre el viaje. Estará terminado en poco tiempo.